LOS SUPERHEROES NO EXISTEN.
Vivimos tiempos convulsos porque Simon Biles, una de las mejores deportistas de la historia de las olimpiadas, se ha retirado de varias de sus pruebas de gimnasia en los actuales juegos olímpicos de Tokio, alegando un exceso de presión psicológica.
La norteamericana, ha recibido gran cantidad de críticas (Incluso de otros atletas de élite) por renunciar a varias pruebas de competición ante la exigencia social y personal de tener que realizar su trabajo de manera impecable, como casi siempre ha hecho.
¿Qué nos está pasando? ¿ En qué momento hemos perdido la noción de la realidad? ¿Alquien que no ha vivido el deporte de élite es capaz de explicar con palabras la presión psicológica que la competición supone? ¿ Y quién sí lo ha vivido puede atreverse y asegurar que siempre será capaz de responder con integridad y de forma excelente a las demandas que cada torneo le suponga? ¿ El hecho de tener condiciones extraordinarias para la práctica de un deporte garantiza que los resultados llegarán y llegarán siempre? ¿ Está preparado y entrenado el cerebro humano para sobrecargarse con la necesidad de tener que rendir al máximo en cada momento y evento?
Volvamos a la realidad, a la sensatez y a la cordura con empatía. Un atleta con una capacidad por encima de la media para practicar un deporte no es un autómata, ni un héroe, ni un Dios, es un humano con los mismos pensamientos y con idénticas emociones que otro, sometido a un nivel de carga emotiva que supera los límites de lo asumible en muchos casos. Interiorizar la sensación de fallar a los demás supone añadirte un peso extra en tu mochila de aspiraciones ( en muchos casos obligaciones). De aquí deriva el instinto por ser cada vez mejor y cuando ya lo eres, por mantenerte por el mayor tiempo posible siendo el mejor, hecho que genera la mayor erosión que la condición psicológica humana es capaz de canalizar.
Es fundamental que se incida cada vez más en potenciar las condiciones cognitivas (mentales) de los deportistas para trabajar todos estos aspectos. Ya no sólo hablamos de concentración, atención, percepción o generar los pensamientos más adecuados para obtener el rendimiento óptimo, tambien de ser capaces de naturalizar/aceptar ciertas emociones y conseguir integrar el rol del deportista dentro de tu faceta como persona, que aveces acierta y otras yerra. No podemos condenar el error o la insatisfacción personal ante tantos retos que muchas veces se tornan desorbitados. Hemos de comprender que cuando se supera cierto límite de asfixia mental, es necesaria una pausa, un intervalo de “retiro” o recuperación que para nada te hace peor, sino que forma parte del proceso de consolidar una perspectiva mejor para volver con más fuerza.
A veces, reconciliarte con la realidad y asumir lo que está pasando exige dar un pequeño paso atrás para volver a dar dos hacia delante. A veces en la vida hemos de ser un poquito menos para poder ser un poquito más. Y esto no nos hace débiles, vulnerables o cobardes, esto nos hace conscientes y más humanos que nunca. Los héroes los dejamos a Marvel. Porque no hay mayor herocidad que conocer exactamente cómo y cuando responde tu cuerpo y en que estado se encuentra tu mente.
Jose Antonio Forment Sanchez. Psicólogo de Puerto de Sagunto