Es imprescindible distinguir el procedimiento de actuación entre la psicología deportiva con adultos y la que se emplea con niños y adolescentes. El proceso de maduración emocional creciente exige intervenciones muy precisas según sea el objetivo a alcanzar.
Otra diferencia importante es el enfoque individual, donde trato de extraer el máximo rendimiento del deportista poniendo en equilibrio su parte física con la psicológica y por tro lado el enfoque grupal, siendo aquí mi objetivo el fomentar la cohesión como colectivo y el desarrollo de las sinergias que permitan satisfacer los retos preestablecidos.
ADULTOS: Mi intervención persigue el fin, como hemos dicho, de exprimir al atleta para sacarle el mejor resultado posible, sin descuidar el proceso que nos llevará a ese estándar de rendimiento deseado. Trabajo en estrecha colaboración con el resto del equipo de profesionales del atleta (Entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, nutricionistas…). Manejo diferentes variables para potenciar en función de la necesidad de cada caso:
- Habilidades de afrontamiento
- Toma de decisiones
- Solución de conflictos
- Control de ansiedad-estrés
- Variables de rendimiento (motivación, concentración, atención, resultado)
- Diferencia entre objetivo y meta.
- Secuenciación en la planificación de objetivos
NIÑOS: El objetivo fundamental aquí es aportar mi experiencia en el desarrollo físico y mental dentro del proceso madurativo del niño o del adolescente en su transición a adulto con la consiguiente presión que esto supone. El primer paso es hacer entender e integrar sus facultades deportivas dentro de su formación como personas adultas, como una parte más del afianzamiento de sus valores propios. Primero la persona, luego el deportista. Una vez queda bien definido este propósito, estamos en disposición de trabajar la maximización de las variables psico-físicas para mejorar la competitividad.