Es innegable que vivimos dias lúgubres, cargados de emociones negativas, de muerte, de histeria colectiva y de pesimismos sobregeneraralizados.
La coyuntura mundial causa una especie de sensacion de desprotección a nivel mental, no son tiempo estables y este nubarrón existencial se alza sobre todos nosotros en forma de ansiedad, depresión y obsesiones.
Pese a esta realidad insoslayable, queda mucho margen para que podamos tomar el control de nuestra vida. Por muy fuerte que azote la marea, esta posibilidad es irrenunciable para la dignidad del ser humano, la esencia de nuestra vida se compone fundamentalmente de la práctica en el trazo de un rumbo propio. Por muy feo que pinte todo, la libertad para decidir que emoción quiero experimentar será el gran tesoro que siempre tenga a mi alcanze, porque con voluntad, soy capaz de todo, basta con proponermelo y con decidir la opción de mi propio bienestar.
Porque estar bien empieza por una decisión. Todo lo que viene después, acompaña con un ritmo acompasado a nuestra apuesta por la felicidad. Sólo si quieres amargarte la vida, conseguirás hacerlo igual que si únicamente estas plenamente centrado en promover tu paz psicológica, podrás obtenerla, siempre con tesón y presencia.
Y es que el secreto, pasa por esta palabra: PRESENCIA. No podemos tolerar las frustraciones de nuestra mente por los errores del pasado, ni los temores de la misma con respecto a lo que vendrá en el futuro, hemos de sujetarnos al ahora, hemos de ser absolutamente conscientes y vivir la vida tal y conforme se produce, ni antes ni después, porque sólo si nos conectamos con lo que ocurre en el presente estaremos en disposición de producir las emociones que necesitamos en cada momento para que nuestras conductas sean coherentes con nuestros objetivos de la vida. Si me propongo un objetivo, he de tratar de vincularme con su posible satisfacción, no contribuir de forma inconsciente a extorsionar la posibilidad de lograrlo. Empecemos por dejar de ser nuestros propios enemigos y dejar de identificarnos con nuestra mente, con nuestro pensamientos, cuando hemos corroborado que se está desajustando de la realidad. Es el momento de confiar en ti, de quererte mucho y de tratarte como lo que eres, EL SER MÁS ESPECIAL PARA TI MISMO.
Jose Antonio Forment Sanchez, Psicologo de Puerto de Sagunto